Por: Colectivo Democracia y Libertad
20 de mayo de 2017
El 2 de febrero de
1999 asume la presidencia de Venezuela el Coronel Hugo Chávez Frías, un militar
que años atrás, en 1992, había protagonizado un fallido golpe de estado.
Chávez llega al poder
con un discurso “izquierdista” liderando el Partido Socialista Unido de
Venezuela y apoyado por varios movimientos y organizaciones que se reivindican
de esa tendencia ideológica. Sin embargo de su apariencia radical de izquierda
y socialista, Hugo Chávez reniega del marxismo, a tal punto de haber
pronunciado un discurso en estos términos: “El
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) no tomará las banderas del
marxismo-leninismo porque es una tesis dogmática que ya pasó y no está acorde
con la realidad de hoy'(…). “Fidel es marxista-leninista. Yo no. Fidel es
ateo. Yo no”[1]
El discurso
antimperialista y anti yankee de Hugo Chavez en hechos no es más que un simple
postulado populistas, ya que su gobierno ha servido en la práctica a los
intereses de superpotencias mundiales como Rusia, China y el propio EEUU, “Venezuela es el tercer país que abastece de
petróleo a EEUU con 35 millones de barriles al mes, luego de Canadá y Arabia
Saudita. La deuda externa de Venezuela con China y Rusia durante esta década y
media asciende a 135.000.000.000 de dólares. En el 2012 Venezuela importó
mercaderías provenientes de EEUU por un monto de 17.600.000.000 de dólares lo
que representa el 43% de las importaciones de ese país. EN ESAS CONDICIONES EL
PRINCIPAL SOCIO COMERCIAL DE VENEZUELA ES EL PROPIO IMPERIALISMO YANQUI.
Simultáneamente Chávez – Maduro vienen sirviendo a la política de los EEUU como
cuando Chávez dijo: “Desde el punto de vista de la realpolitik, si yo fuera
estadounidense, votaría por Obama. Y yo creo que si Obama fuese de Barlovento o
de un barrio de Caracas, votaría por Chávez. Estoy seguro”. (CNNEspañol.com,
30/09/2012).” [2]
El eje fundamental de
la propuesta chavista fue el establecimiento de una nueva Carta Magna a la que
se denominó Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, marco legal
que con su aprobación y vigencia permitió al PSUV apoderarse de todas las
funciones del Estado ejecutiva, legislativa, judicial, electoral, de control ,
e inclusive establecer un monopolio comunicacional e informativo, a tal punto
que en Venezuela actualmente existe una verdadera maquinaria mediática pública
al servicio del gobierno: “en 2013 el
gobierno maneja siete canales de televisión: VTV, Televisora Venezolana Social
(TVES), Vive, ANTV, Ávila TV y Telesur (con dos señales, una nacional y otra
internacional); además cuenta con cuatro circuitos radiales con
transmisión nacional: Radio Nacional de Venezuela, YVKE Mundial, Rumbos, y
Circuito Libre; siete diarios financiados por fondos públicos: Vea, El Correo del
Orinoco, Ciudad CCS, Ciudad Petare, Ciudad Guárico, Ciudad Cojedes, y Ciudad
Maracay; y 280 medios comunitarios, de los cuales 148 han sido “fortalecidos”
según las intenciones comunicacionales gubernamentales.”[3]
El 5 de marzo de 2013
muere el presidente Hugo Chávez[4], por lo cual, de acuerdo a
lo estipulado en la Constitución venezolana se convoca a nuevas elecciones presidenciales,
efectuándose dichos comicios el 14 de abril de 2013, proclamándose la victoria
de Nicolás Maduro frente al candidato de la Mesa de la Unidad Nacional Enrique
Capriles con un estrecho margen, obteniendo el candidato vencedor el 50.61%, en
un proceso sobre el cual recayeron serias acusaciones de fraude electoral[5].
Desde su llegada al
poder en 1999, el chavismo ha llevado a Venezuela a la más grave crisis económica
de su historia producto del despilfarro de miles de millones de dólares en obras
con sobreprecios, mega salarios de funcionarios públicos, propaganda estatal,
campañas electorales del partido de gobierno, actos de corrupción, etc.
Producto de la enunciada
crisis, el chavismo recibe su primera grave y categórica derrota electoral en
las elecciones parlamentarias celebradas el 6 de diciembre de 2015, comicios en
los cuales la oposición liderada por la Mesa de la Unidad Nacional alcanzó el 52,6%
de los votos[6].
Sin embargo, el gobierno de Maduro, con el fin de perpetuar su proyecto político,
aprovechando su control omnímodo sobre los demás poderes del Estado, bloqueó la
labor del organismo parlamentario mediante la utilización de fallos del Tribunal
Supremo de Justicia de Venezuela[7], revelándose de esta
manera el carácter dictatorial de su gobierno.
La ruptura total del
orden constitucional por parte de Maduro, sumada a la crisis política y
económica convulsiona las calles de Venezuela, dando un gran poder de
convocatoria a la oposición, la cual viene protagonizando la más grande jornada
de movilización, protesta y resistencia en la historia de América Latina[8] bajo la proclama de elecciones
presidenciales anticipadas que permitan acabar con el gobierno de Maduro. La
debilitación de su régimen lleva a Maduro a la utilización de la violencia en
contra de los manifestantes, tanto por medio de las fuerzas policiales y
militares, cuanto, por medio de la utilización de grupos paramilitares armados
al servicio del gobierno[9].
Al momento la
represión policial y paramilitar liderada por el gobierno de Nicolás Maduro han
ocasionado en Venezuela más de 51 muertos, miles de heridos, cientos de presos políticos
y cientos de miles de refugiados, además, la más grave crisis alimentaria y
humanitaria de la historia de ese país.[10]
[1]
Pedro Manuel Rodríguez Rojas, Chavez y el marxismo, 2014. http://www.aporrea.org/ideologia/a194737.html
[3]
ANDREA GARRIDO, Monopolización de los medios de comunicación en Venezuela. http://andreagarrido.com.ve/monopolizacion-medios-comunicacion-venezuela/
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