Por: Colectivo Democracia y
Libertad
Enero del 2019
En Latinoamérica las crisis
económicas y políticas ocasionadas por el neoliberalismo[1]
permitieron que varios de los partidos políticos autodenominados de “izquierda”
(PT, PSUV, AP, MAS, Partido Justicialista, MORENA, FSLN, etc.) habiendo
abandonado el marxismo a partir de la caída del muro de Berlín, abracen la
ideología del “Socialismo” del siglo XXI[2],
lo cual en la coyuntura política les condujo a grandes victorias electorales en
la primera década del siglo XXI.
Muchos intelectuales de
“izquierda” fueron seducidos y se entregaron en cuerpo y alma al nuevo ideario,
sin pensar por un instante los orígenes e intereses financieros y geopolíticos
que impulsaban y financiaban esta nueva corriente política en Latinoamérica.
El pueblo cansado de pasar
necesidades a causa de las graves crisis económicas ocasionadas por los
gobiernos de la derecha tradicional tales como el “feriado bancario” de Ecuador[3],
el “corralito” de Argentina[4]
vio una esperanza en los candidatos de “izquierda”, llegando así al poder
líderes como Hugo Chávez en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua, Evo Morales
en Bolivia, Lula da Silva en Brasil; Néstor Kirchner en Argentina, José Mujica
en Uruguay y Manuel López Obrador en México entre los más radicales en cuanto a
sus programas de gobierno.
Sin embargo, con el pasar del
tiempo se evidenciaba que el remedio resultó ser más peligroso que la
enfermedad; y se debelaban los siniestros hilos de los titiriteros que dirigían
la farsa revolucionaria de América Latina bajo el lema de liberase del
“imperialismo yankee”; es decir, el timón de la economía latinoamericana pasaba
de manos de EEUU a las manos de China y Rusia. Es así, que Hugo Chávez comenzó
a estrechar relaciones comerciales con Rusia y China iniciando así una era de
flujo constante del petróleo venezolano a las arcas de las corporaciones
petroleras de las enunciadas superpotencias[5].
En Ecuador el líder de “izquierda” Rafael Correa hacía lo propio con las
petroleras chinas[6] y
allanaba el camino para la adjudicación de las reservas mineras metálicas a
empresas de esa nacionalidad[7].
En Argentina igual panorama sombrío develaba las verdaderas intenciones del
nuevo gobernante de “izquierda” por medio del entreguismo de recursos naturales
a multinacionales extranjeras[8].
Pero el entreguismo a
corporaciones extranjeras era tan solo la punta del ovillo de desgracias que
traían consigo los nuevos gobernantes de “izquierda” para sus pueblos. La
necesidad de tener una estabilidad política que les permita ejecutar sus
entreguistas negocios con los Chinos-Rusos les enfocaba en controlar la voluntad
de los pueblos mediante las tácticas del maquiavélico proyecto político puesto
en marcha por el “Socialismo” del siglo XXI. El mismo libreto, con diferentes
matices comenzó a ser ejecutado en cada país:
-
Asambleas constituyentes que le aseguren a los
gobernantes el control progresivo de todos los poderes del Estado[9]
[10].
-
Construcción de un gran aparato propagandístico
al servicio del gobierno por medio de la utilización de abundante propaganda
gubernamental, uso del Estado (empleados, bienes y servicios públicos) con
fines de proselitismo político [11]
[12],
creación de medios de comunicación públicos[13],
incautación de medios opositores y procesos amañados de adjudicación de
frecuencias, persecución judicial a líderes opositores, periodistas
independientes y organizaciones sociales[14]
[15].
-
División y corporativización de los gremios y
sindicatos por medio de la creación de otros paralelos íntimamente vinculados
al partido de gobierno[16]
[17].
-
Criminalización de la protesta social[18]
y persecución política de líderes de las organizaciones sociales[19].
-
Creación de grupos civiles (armados y no
armados)[20] [21]con
el fin de perseguir opositores y participar activamente en marchas y
acciones de respaldo al gobierno.
-
Incorporación en masa e innecesaria de empleados
públicos con el fin de utilizarlos en actividades de proselitismo político a
favor del gobierno[22].
-
Utilización de masas populares adoctrinadas y
chantajeadas mediante el otorgamiento de dádivas (dinero, bonos, refrigerios,
transporte, oferta de cargos públicos a organizadores) para silenciar las protestas organizadas por los ciudadanos
inconformes con el gobierno[24].
-
Utilización de la contratación de la obra
pública, sobre todo de infraestructura con el fin de obtener beneficios
económicos en favor de los líderes del partido de gobierno[25]
[26]
[27].
Finalmente, el andamiaje
económico de los gobiernos del “socialismo” del siglo XXI se sustenta en un
fastuoso gasto público, como hemos visto, su fortaleza política se nutre del
incremento desmedido del aparato burocrático del Estado para usar a los
funcionarios como personal de campaña política, gasto desmedido y nada
planificado en obras de infraestructura con el fin de obtener beneficios
económicos por parte de los líderes del partido mediante actos de corrupción en
el manejo de la contratación pública, derroche de recursos económicos que a la
larga llevan a la quiebra a cualquier país, aún uno tan rico en petróleo como el
caso de Venezuela[28].
En este contexto, los
latinoamericanos debemos comprender que ni las dictaduras fascistas del
“socialismo” del siglo XXI, ni el libertinaje económico del neoliberalismo
sacarán a los países latinoamericanos del subdesarrollo, por lo cual se hace
imprescindible emprender un proyecto político propio que nazca de las
necesidades particulares de cada uno de nuestros países y enfocado al
desarrollo de sus economías básicamente mediante el fomento de la
agroindustria, el desarrollo tecnológico aplicado a la producción y el manejo
soberano de nuestros recursos naturales; urge encontrar esta vía al desarrollo
antes de que las recetas extranjeras terminen convirtiéndonos para siempre en títeres del juego de la geopolítica de las grandes
potencias.
¡POR UNA LATINOAMÉRICA LIBRE Y
SOBERANA!
¡MUERTE AL SOCIALISMO DEL SIGLO
XXI, AL NEOLIBERALISMO Y A LAS RECETAS EXTRANJERAS!
¡POR EL DESARROLLO SOBERANO DE
NUESTRAS ECONOMÍAS!