Por: Colectivo Democracia y
Libertad
3 de abril de 2017
“Este
documento no pretende hacer reproches a los diferentes movimientos y partidos
políticos de la oposición en el Ecuador, por el contrario, pretende hacer un
mea culpa a fin de encaminarnos a la unidad de la oposición, tomando en cuenta
que tenemos un enemigo poderoso y común, el fascismo de AP.
De
igual manera felicitamos y alentamos la lucha que realizan de manera heroica
muchos ciudadanos en las calles contra el fraude electoral.”
Dada la importancia del
proceso electoral que se realizó en Ecuador en los primeros meses del año 2017
(fascismo vs democracia), es primordial analizar los errores cometidos por la
oposición durante la campaña y en el transcurso mismo del enunciado proceso
electoral, a fin de proceder a la elaboración de un proyecto político que
permita a todas las fuerzas antifascistas agruparse en torno a un programa democrático
pluralista y organizarse para seguir batallando con firmeza por la finalización
de la dictadura fascista y la instauración de una democracia multipartidista.
Al respecto enumeraremos y
analizaremos brevemente los errores, que a nuestro juicio, fueron los más
influyentes en el proceso electoral y en general en la lucha contra la
dictadura fascista:
1. Error en la tipificación del enemigo y
por ende en la determinación de la estrategia y tácticas empleadas para
combatirlo:
Es
un hecho que todos los partidos y
movimientos políticos de oposición erraron en el estudio y tipificación del
enemigo, así, por ejemplo, la Alianza CREO-SUMA que logró ocupar el
segundo lugar en el proceso electoral legislativo, por lo que conocemos, ni si
quiera realizó un estudio sistematizado de AP, motivo por el cual muchos de sus
directivos, militantes y simpatizantes definieron al referido movimiento como
una tendencia “populista”, “comunista”, “socialista” o en el mejor de los
criterios como “una dictadura con tintes fascistas”, hecho que es eminentemente
errado, ya que si realizamos un análisis
a fondo de Alianza País y el “Socialismo del siglo XXI” vamos a encontrar que son
un movimiento y una corriente política eminentemente fascista, y como es de
suponerse, no se pueden usar la misma estrategia y tácticas para combatir a un enemigo
populista, comunista, socialista o fascista.
Al catalogarlo a AP como comunista o
socialista, se emitieron de parte de integrantes de la Alianza CREO-SUMA y del
PSC en redes sociales y ante los medios de comunicación, varios criterios anti
comunistas o anti socialistas que apartaron de la unidad de la oposición a un
considerable y valioso grupo de intelectuales y masas afines a la izquierda, el
socialismo o el comunismo, que por el momento coyuntural podían haber aportado a
la lucha antifascista.
Por
otro lado, los movimientos de
izquierda y centro izquierda tachaban a AP como un movimiento de derecha “Neoliberal”,
lo cual es un absurdo, ya que el neoliberalismo plantea la reducción del Estado
a su mínima expresión en pro del libre mercado, por el contrario, AP como buen
representante del fascismo plantea el control del Estado en todos los aspectos
de la sociedad (economía, cultura, ciencia, comunicación, etc).
2. Subestimación de la capacidad orgánica, de
difusión ideológica, propagandística, logística y operativa del enemigo:
Al
no tener claro el carácter fascista del movimiento de gobierno, no se tomó en
cuenta que durante los 10 años de “revolución
ciudadana”, AP conformó un verdadero monopolio mediático conformado por más de 5
canales de televisión, 20 frecuencias de radio, 3 medios de prensa escrita y una
verdadera maquinaria burocrática al servicio de la difusión ideológica del
partido y de las campañas electorales del mismo, el control de todos los
poderes del Estado (ejecutivo, legislativo, judicial, de participación
ciudadana y control social, y electoral). Pero, además, no se tomó en cuenta el nivel de
ideologización y fanatismo generado en un considerable grupo de intelectuales,
funcionarios públicos y masas atrasadas; así como la conformación de fuerzas
civiles de choque con entrenamiento paramilitar financiado por el gobierno.
El fruto de esto se evidenció en la reversión casi inmediata del desprestigio a
la imagen del gobierno producto de la revelación por medios de comunicación
independientes de graves actos de corrupción, los cuales fueron fácilmente
refutados ante el imaginario de estas masas fanatizadas con argumentos risibles
como el parecido de las cortinas o lugar de entrevista con relación a una
realizada a los hermanos Isaías.
3. Sectarismo y egoísmo de los líderes y
militantes de los movimientos y partidos políticos que impidió la conformación
de un gran frente electoral de unidad de la oposición:
Valga
la redundancia, al no estar conscientes del carácter fascista del enemigo, la gran mayoría de líderes de los partidos
y movimientos políticos de oposición no comprendieron la importancia de la
conformación de un gran frente electoral de unidad de la oposición, hecho que
ocasionó que AP lograra una mayoría legislativa absoluta con tan solo el 39 %
de la votación, hecho que hubiese sido traducido en una gran mayoría legislativa
de la oposición si la misma hubiese presentado sus candidaturas legislativas en
unidad.
Con respecto a las
candidaturas presidenciales, una unidad electoral de la oposición hubiese
evitado el desgaste de los candidatos de oposición en una pugna entre sí al
optar por una segunda vuelta electoral, por ejemplo, se
hubiese evitado los roces entre la candidata Viteri y el candidato Lasso, que
fueron capitalizados políticamente por el oficialismo en la segunda vuelta
electoral.
De
igual manera, la falta de comprensión
de la tipología del enemigo, y el sectarismo ocasionó que los representantes de
los movimientos indígenas y de izquierda no comprendieran a tiempo la necesidad
de renunciar a posiciones radicales y aliarse con la centro derecha, a fin de
combatir efectivamente al más grande enemigo de la democracia y la libertad en
el Ecuador, la extrema derecha fascista representada por Alianza País.
La falta de unidad de la oposición generó
también debilidad en el Control Electoral
de la primera y segunda vuelta.
4. Electoralismo y ausencia de una
estructura orgánica de los partidos y movimiento de oposición:
En el lapso de los 4 años
transcurridos desde la última contienda electoral, mientras AP desplegaba a
diario una intensa propaganda fascista y ponía a los empleados públicos a ganarse
la voluntad de las masas; a dirigentes y militantes a formar fuerzas de choque,
y al Presidente de la República a despotricar cada sábado en contra de la oposición,
los movimientos de la oposición literalmente dormían en los laureles a la
espera de las nuevas elecciones; salvo excepciones como
el movimiento indígena en su
lucha por el agua y la vida, o dirigentes
como Andrés Páez en luchas puntuales contra le Ley de herencias y
plusvalía o contra las enmiendas constitucionales. Luchas que si bien golpearon
con fuerza al fascismo, tampoco pudieron ser capitalizadas orgánica y
organizativamente principalmente por el sectarismo, principalmente de los
dirigentes de izquierda que inclusive afirmaron que “no marcharían con la
derecha”, refiriéndose a Páez, sin comprender una vez más que la lucha era
contra la extrema derecha fascista de AP.
5. La falta de cohesión e influencia de los
partidos y movimientos de oposición con los sectores más pobres de la sociedad:
Si
bien la oposición ecuatoriana logró
influenciar políticamente de manera eficiente en amplios sectores empresariales,
de la clase media y de la intelectualidad, pero no supo cohesionarse e
influenciar de manera eficiente sobre los estratos más pobres, principalmente en
los suburbios y zonas rurales del país.
EL MÁS CRASO ERROR VINO DE NEBOT Y SU CÓMPLICE VITERI. Y BENIGNAMENTE LO LLAMO ERROR POR AHORA. NO DEN MÁS VUELTAS AL ASUNTO PORQUE LO QUE MOTIVÓ EL DESASTRE FUE EL ODIO Y LA AMBICIÓN. UNA DE LAS PRUEBAS MÁS CONTUNDENTES DE LA TRAICIÓN NEBOTISTA CYNTHIALISTA ES LA ACTITUD QUE ESTOS DOS DEMOSTRARON EN LA SEGUNDA VUELTA Y MÁS AÚN FRENTE A LOS INICUOS RESULTADOS PROCLAMADOS. PARA MUESTRA NO SÓLO HAY UN BOTÓN.
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